La experiencia de estar internado

Estar internado en un piso de pacientes psiquiátricos es muy enriquecedor. Pues en la internación se interactúa con diferentes personas con diferentes enfermedades y cada una tiene una visión de mundo. Me acuerdo del pobre Luis que pensaba que los médicos psiquiatras lo querían matar para vender sus órganos, pero aparte de este pensamiento era un hombre gentil y bueno charlando hasta que le agarraba de ponerse a putear, según él y su acompañante un bipolar. Pero lo mejor de todo son las trampas que te ponen los psiquiatras las terapeutas ocupacionales y las psicólogas. Hay que estar bien atento ya que juega sucio. Por lo menos es así en el Hospital Evita. De mis tres internaciones saco un balance positivo ya que aprendí mucho en cada una de ellas. Aprendí por ejemplo a ponerme en el lugar del otro, es decir empatía. Y la pucha que eso es mucho. Desde aquí todo mi agradecimiento a todos los médicos que me atendieron en mis diferentes internaciones.

Del escritor al lector

Tengo muchos agujeros negros en la cabeza
Como los coños que supe degustar

Ya no sé lo que hablé
Ni me interesa saber que dije

De tantas pastillas
Tengo un nudo en la mente
Que no deja pasar pensamientos
Ni nada
Tengo la mente en blanco

¿Pero de dónde salen estas palabras?
Del vacío
Que es infinito
Y duele mucho

El olvido

Ya no recuerdo tu rostro
Me apena mucho sentir que ya sos pasado

La vida es muy cruel
Y todo lo que sentí alguna vez se evaporó
Justo en la rotonda del vapor

Ya olvidé tu sexo
Eso que tanto placer me daba
Eso que nos unía

Pero ya todo pasó
Y hoy quisiera que seas presente
Pero ya no estás
Ni escucho tus palabras
Ni te leo
Ni nada

El tiempo dio su veredicto
Y es irrevocable
El olvido me ganó la partida

Primer amanecer de Abril